Un estudio sobre los nombres de lugar, las voces indígenas y los nombres de plantas, animales y hongos de La Gomera
Autor: José Perera López
Edita: Aider La Gomera
Financia: Iniciativa Comunitaria Leader Plus
Esta publicación se basa en un ambicioso y fundamental proyecto para La Gomera y para Canarias denominado “Estudio sobre Lingüística, Toponimia y Etnografía de La Gomera”, realizado por el investigador José Perera López.
La reciente culminación de este proyecto, con la publicación del intenso e inmenso trabajo realizado, supondrá un hito en la historia de la investigación de la isla de La Gomera. Este trabajo trasciende más allá de un estudio lingüístico al uso, ya que la obra se sumerge también en el estudio de los nombres de plantas, animales y hongos, abordando de forma complementaria aspectos de la etnografía, geografía, economía, historia, arqueología y otras disciplinas de las ciencias naturales y humanas. Por ello, estas 7.500 páginas serán un paso obligado para cualquier estudio que tenga La Gomera como objeto.
Dicen que las cosas no existen del todo hasta que se les pone nombre. Nombrar viene a ser como incluir las cosas en el mundo humano. Dentro de los nombres ocupa un lugar especial el topónimo, que en un inicio nace para señalar un lugar determinado y que lentamente se va transformando y adaptando a los cambios del lenguaje, y que sin embargo preserva en la memoria colectiva nombres de otros tiempos, incluso de cuando se hablaban lenguas que ya hoy han desaparecido.
El trabajo que se presenta gira principalmente en torno a estos nombres que, como ecos, perviven en La Gomera desde que los hombres y mujeres que hollaron por primera vez esta tierra tuvieron que nombrar los lugares que habrían de ser su hogar, su cuna, su altar, su granero, su tumba. Este trabajo nos acerca al estudio de lo que del pasado aborigen conserva hoy la cultura gomera, sobre todo, a través de las manifestaciones lingüísticas, llegando a ser memoria de la memoria de aquellos tiempos.
El investigador José Perera López caminó incansablemente por la arrugada piel de la isla de La Gomera, y se sumergió en archivos y bibliotecas, para devolvernos ahora la valiosa posibilidad de entender mucho mejor el entorno del que formamos parte: cerca de 2.000 informantes lo avalan.
El objetivo último del autor ha sido el acercamiento al “estudio del mundo indígena de La Gomera, así como a las pervivencias culturales del mismo. Y ello especialmente a través de las manifestaciones lingüísticas –sobre todo- toponímicas de aquel, de los términos como Agulo, Chipude o Tejiade, que son herencia de aquella cultura. Pero a medida que profundicemos en el tema nos iremos dando cuenta de que estamos ante una realidad que ni es indígena ni deja de serlo; donde estudiamos unas voces que son el producto de un sincretismo cultural donde se mezclan las lenguas romances con lo prehispánico y donde resulta tremendamente difícil establecer unas fronteras”.
Este gran trabajo, que acerca el pasado hasta el presente a través de nombres, servirá para conocer, usar y transmitir este legado.